martes, 6 de marzo de 2012

Mi día

Suena el despertador --me gusta comenzar así porque así comienzo siempre-- 

Suena el despertador y así comienzo. Quizás alguien crea que puede ser aburrido. Hoy no me alcanza para eso. El día comenzó como casi todos los días, y sin embargo, este día será único. Hace poco tiempo hice las pases con Dios, aunque en realidad nunca estuvimos enemistados, y lo hice principalmente para tener alguien a quién darle las gracias de cosas como esta ¡un nuevo día!

No, Dios no hace los amaneceres diferentes ahora que le doy gracias que antes que ni lo pensaba, aunque para mí sí lo son.

Siempre regreso a la cama 5 minutitos más. Luego, aunque mi mujer no se da cuenta, la abrazo. Ella me devuelve el abrazo y no me permite levantarme rápido. Casi siempre olvido darle los buenos días, pero no creo que haga falta. Acaricio su brazo al tiempo que lo separo para poder levantarme sin despertarla bien.

Para cuando salgo a correr, ya casi me deshice de todo el sueño. Mi meta para hoy es decirle buenos días a todos los que me encuentre de salida mientras yo voy llegando. Quizás hoy completo cinco. A la salida encuentro al amanecer y pienso en un gran buenos días. No, no es para nadie, esta vez es para mí.

Después de bañarme no puedo estar de malas. Falta leche en el refri pero en la cartera traigo más de $50 pesos. 5 minutos después el problema de la leche es historia y ya traigo el buenos días de un vecino y la muchacha nueva de la tienda.

Mi café con leche, un desayuno con mi mujer y algo de plática que ya no recuerdo. Un beso a mi hija que medio dormida llevo al kinder, su mamá no ha notado que trae en el cachete algo de lo que cenó ayer. No le digo nada, en vez de eso imagino lo que la maestra va a pensar de nosotros como familia a causa de un cachete chocolatado.

Cuando ellas se bajan del carro comienza mi día de labores. El estereo comienza con "the night Chicago died" de Paper Lace. En el camino canto el coro cerca de 10 veces y 3 repeticiones gracias al tráfico de las 9.

El día va excelente y decido que nadie va a cambiar eso. Hoy estoy dispuesto a sonreír casi sin provocación. Hoy contestaré con una palmada amable a quien me reclame, me exija o me apresure. Hoy agradeceré y estaré muy atento a quien haga algo por mí, así sea solo una sonrisa. Hoy veré a mis amigos y procuraré que se sientan un poco mejor. Hoy tengo una buena razón. Tengo la mejor razón de todas...


¡Hoy es mi día!